La regencia de María Cristina y Espartero


La Regencia de María Cristina


Al morir Fernando VII la responsabilidad es de la corona recayeron de manera temporal en su madre María Cristina de Borbón, busco el apoyo de los liberales moderados, puesto que los partidos del absolutismo y del antiguo régimen se habían alineado con el pretendiente al trono Carlos María Isidro, don Carlos y sus partidarios habían propiciado una insurrección militar que derivó a la Primera Guerra Carlista.

El primer presidente del Gobierno Francisco Cea Bermúdez impulsor reformas de carácter administrativo como la división del Estado en 15 regiones y 49 provincias qué fue ejecutada por Francisco Javier de Burgos .En 1834 el liberal moderado Francisco Martínez de la Rosa sustituyó a Cea Bermúdez y procedió a la disolución de la jurisdicción gremial para la libertad de fabricación y de comercio y concede amnistías a los liberales exiliados en Londres y parís para huir.

En 1834 se promulgó el estatuto real era una carta otorgada por la monarquía que reservaba numerosas atribuciones políticas, como la capacidad exclusiva para convocar suspender y disolver las Cortes. Está formada por dos cámaras: la de los  próceres, formada por altos cargos eclesiásticos, aristócratas y latifundistas y la de los procuradores elegidos mediante el sufragio censitario muy restringido.

La inestabilidad política se hizo muy evidente a los problemas económicos y militares derivados de la guerra carlista se sumó la epidemia de cólera. Las algaradas fueron muy sangrientas en Cataluña, en ocasiones adquirieron un componente lidita. Martín De la Rosa dimitir, alcanzó el poder Juan Álvarez Mendizábal como jefe del  Ejecutivo también emprendió una serie de reformas tendientes a la  desarticulación del Antiguo Régimen y la consolidación del Estado liberal, creó las diputaciones provinciales, reorganizó las milicias nacionales y suprimió la meseta.


La desamortización de Mendizábal,  el proceso desamortizador que puso a la venta bienes de la Iglesia y tierras comunales, el objetivo era doble: llevar a cabo una reforma agraria que permitiera la aparición de nueva capa social y la otra era recaudar dinero para destinarlo a  corregir el déficit de la Hacienda Pública y a derrotar las tropas carlistas. El gobierno no logró ninguno de estos propósitos, la deuda política y ofreciendo y las propiedades subastadas por adquiridas por las clases pudientes, que consolidaron su posición social y económica a costa de elevar la presión sobre un campesinado. Este cambio de tendencia ocasionó varias revueltas populares hasta que el motín militar de la granja  forzó a la regente a formar un gobierno progresista. Desató un debate acerca de la  conveniencia de adaptar la Constitución de 1812 a los nuevos tiempos, lo que condujo al proceso de redacción de la Constitución de 1837, estipula que la corona y las Cortes compartirán la soberanía y las Cortes iban a estar formadas por dos cámaras, el Congreso y el Senado, elegidas mediante el sufragio censitario. La acción de gobierno más relevante y a la vez  controvertida fue la ley municipal, una medida centralizadora tendiente a eliminar la independencia de los ayuntamientos en beneficio del poder estatal. La oposición de los progresistas a la nueva ley derivo en levantamientos callejeros  y motines, en  1840 la regente María Cristina disolvió las Cortes y cedió la regencia al general Baldomero Espartero.


La Regencia de Espartero


El carisma gracias al cual Espartero había alcanzado la regencia empezó a diluirse rápidamente desde el mismo momento en el que accedió al cargo.

Además del liberalismo progresista tampoco se mostró conforme con las formas expeditivas usadas por Espartero para mantener el orden público, propuso a sus intentos de someter la prensa a censura, de controlar las milicias nacionales y de restringir las actividades de las sociedades obreras. El liberalismo moderado empezó a configurarse para recuperar el poder político por la fuerza.

En Barcelona se generó otro frente de oposición al general progresista a raíz de las medidas económicas librecambistas incrustadas por el Gobierno, la negativa a pagar unos impuestos de acceso a la ciudad de género en una fuente algarada, Para pacificar la capital catalana.

Espartero ordenó bombardear la ciudad, fue cuestionado y sin apoyo reales Espartero no pudo oponerse a las conspiraciones entre progresistas y moderados, que acabó sustituyéndolo por el militar liberal moderado Ramón María Narváez.

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